Investigación de la Universidad Nacional
Ballenas jorobadas del orbe se aparean cerca de isla del Caño
País es el único lugar del mundo donde se ha detectado fenómeno
Se sospecha que en bahía Cuajiniquil, en el norte, se da un cruce de poblaciones
Costa Rica es el único sitio del mundo donde las dos poblaciones de ballenas jorobadas del orbe, las del hemisferio norte y sur, coinciden para aparearse y tener sus ballenatos. Así lo revela un nuevo estudio desarrollado en la Universidad Nacional.
Esta zona de apareamiento está localizada en el Pacífico sur del país, en los alrededores de la isla del Caño, en punta Marenco, y la bahía Cuajiniquil, en el Pacífico norte.
Esto sugiere que allí se podría estar dando apareamientos entre individuos de ambas poblaciones y, por lo tanto, intercambio genético entre ambos grupos.
Para llegar a este hallazgo, Martínez monitoreó las aguas del Pacífico del país desde diciembre del 2004 hasta abril del 2005, con el apoyo de la UNA y de la Fundación Keto, que se dedica al estudio de mamíferos acuáticos y tortugas marinas en Mesoamérica. Además, el biólogo se apoyó en estudios previos de la organización Cascadia Research y de otros científicos nacionales.
“Desde hace años los científicos veían a las ballenas jorobadas alimentarse y desplazarse cerca de California y en Chile, pero de pronto les perdían el rastro a los animales por un tiempo. Cuando decidieron seguir las rutas de estas ballenas, científicos de ambos hemisferios llegaron a aguas ticas y vieron aquí peleas entre machos por una hembra, cantos característicos del apareo y empezaron también a ver las crías: estas son señales importantes de que se aparean”, dijo el experto.
Un nuevo recorrido realizado este año confirmó la enorme afluencia de ballenas jorobadas a esta zona. En agosto de este año se vieron hasta 20 jorobadas por día. Cada ballena se distingue por el patrón de manchas y marcas en las aletas.
Inventario. Además de observar el apareamiento de las ballenas en nuestra costa del Pacífico, la investigación de Martínez ayudó a consolidar un nuevo inventario de los cetáceos que pueden verse allí.
El nuevo estudio confirmó que a 20 ó 30 kilómetros de la costa del Pacífico nacional se encuentran 29 de las 85 especies de cetáceos que hay en el mundo, es decir, un 34%.
“Las cuatro especies más observadas aquí son el delfín manchado ( Stenella attenuata ), la ballena jorobada ( Megaptera novaeangliae ), el delfín nariz de botella ( Tursiops truncatus ) y las llamadas falsas orcas ( Pseudorca crassidens )”, explicó Martínez.
La ballena jorobada se diferencia de las otras porque tiene cola y aletas muy largas. Mide ente 15 y 17 metros de largo y pesa hasta 30 toneladas. Estas ballenas visitan el país –sobre todo las cercanías de isla del Caño y bahía Cajiniquil– en períodos secos, especialmente diciembre y febrero. En invierno son visibles en julio y setiembre.
Quedan menos de 10.000 ejemplares en el hemisferio sur y menos de 7.000 en el hemisferio norte. Por eso, las jorobadas son una especie en peligro de extinción y su matanza es ilegal.
Por su parte, el delfín manchado es de los animales más pequeños, con un máximo de dos metros de longitud. “Estos son los que más se ven en toda la costa nacional. Se reconocen porque su cuerpo está cubierto de manchas blancas”, recalcó.
El delfín nariz de botella mide dos o tres metros de largo y se ve en marzo y abril en el Pacífico sur y en junio y agosto en el Pacífico norte. “Es el flipper común que vemos en las películas y tiene un pico largo”, dijo Martínez.
Finalmente, una especie poco estudiada es la falsa orca, que tiene un cuerpo largo y delgado. Mide entre cuatro y seis metros de largo y pesa hasta 2,2 toneladas. Estas nadan en grupos de 10 a 50 individuos y son muy sociables. Durante la época seca –diciembre y febrero– es cuando más se ven en la isla del Caño y en las afueras del manglar Térraba-Sierpe.
Con esta información, los pobladores de Osa y organizaciones ecologistas buscarán ampliar la zona de protección de isla del Caño y punta Marenco. Además, se tratará de regular acciones que puedan afectar a las ballenas.
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