Ecología y finanzas

El efecto multiplicador de un bosque tropical nuboso

30 de abril de 2012 por Katiana Murillo

Quien ha tenido la oportunidad de conocer la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde (RBBNM) sabe lo que se siente internarse en sus 13 kilómetros de senderos inundados de lianas, musgos, helechos y bromelias; respirar ese aire fresco que aviva el ánimo; ir tras la pista del quetzal; descubrir arroyos y cascadas de aguas límpidas o simplemente dejarse envolver por su magia sobrecogedora.
La reserva de bosque tropical nuboso más famosa del mundo y una de las áreas silvestres protegidas privadas más importantes de Costa Rica cumple sus 40 años en 2012. Nació en 1972 gracias al aporte de 328 ha de bosques donados al Centro Científico Tropical (CCT) por la comunidad cuáquera de Monteverde, la primera en identificar el valor de estos bosques mágicos, ubicados en  la parte alta de la Cordillera de Tilarán.
Actualmente cuenta con un total de 4025 ha de bosque nuboso protegido, cuya extensión se compró mediante donaciones impulsadas en su momento y a las que respondieron miles de costarricenses y extranjeros.  El CCT, que constituye la ONG ambiental más antigua del país con cincuenta años, está a cargo de su administración.
La gran biodiversidad de la RBBNM es innegable: alberga cuatro diferentes zonas de vida y cuenta con más de 130 especies de mamíferos, 500 especies de aves, 120 especies de anfibios y reptiles y más de 3000 especies de plantas, incluyendo alrededor de 500 diferentes tipos de orquídeas.  Como parte de su vida silvestre se encuentra el jaguar, el pájaro campana, el ocelote, el tapir y su ave más famosa, el resplandesciente quetzal.

Sin embargo, esta biodiversidad es solo el punto de partida para un efecto multiplicador que la existencia de la reserva ha generado desde el punto de vista ambiental, social y financiero. En los últimos diez años, la RBBNM ha recibido un promedio de 70 mil visitantes al año (tanto nacionales y residentes como extranjeros pagan más de dos veces aquí que en las áreas silvestres de propiedad estatal, lo que ha fortalecido su sostenibilidad financiera).
Este ingreso económico aportado por los visitantes por el derecho de admisión, compra de artesanías, uso del restaurante y el albergue de montaña, servicios con los que también cuenta la reserva, llega anualmente en promedio a 1.4 millones de dólares, si bien la crisis financiera internacional ha disminuido la visitación y los ingresos en los últimos tres años.
Según sostiene Carlos Hernández, Gerente de la RBBNM, el 70% de los ingresos totales son invertidos en el manejo del área silvestre protegida y sus programas, como investigación y educación ambiental, y el otro 30% es utilizado por el Centro Científico Tropical en el manejo de otras 3 reservas que se encuentran en diferentes sitios del país, así como en otros proyectos. Por lo tanto, el 100% de los recursos generados por la RBBNM son reinvertidos en conservación. Incluso la reserva está generando actualmente un importante aporte en investigación sobre el efecto del cambio climático en los ecosistemas de bosque tropical nuboso.
Pero a lo largo de estos 40 años, gracias a la visitación en los primeros años de investigadores y naturalistas y en los últimos 20 años de todo tipo de turista, las comunidades de Santa Elena, Monteverde y otras aledañas fueron desarrollando servicios y facilidades así como diferentes atractivos turísticos para los miles de visitantes que arriban a la zona, la gran mayoría atraídos por la reserva.
De esta manera,  se fue ampliando el número de hoteles, restaurantes y sitios de aventura y con ellos la extensión de servicios públicos como agua potable, electricidad, servicios bancarios y comercios en general. Con esto se ha posibilitado una mejor calidad de vida para los residentes de la zona y un gran efecto multiplicador, ya que se estima que hasta un 95% se dedican a alguna actividad relacionada con el turismo.
Si quiere apoyar a la reserva y contribuir a su efecto multiplicador, tome un fin de semana de su tiempo o piense en ella para su próxima vacación. Le aseguro que vale la pena.

 Fuente: http://www.elfinancierocr.com/blog/sostenible/